El sábado por la noche un equipo y sus seguidores estallaban de alegría. Merecido y elogiado triunfo del Atlético de Madrid en la temporada más emocionante de los últimos tiempos.
El domingo por la noche, tres equipos y sus aficiones se hundían en la tristeza. Sus esfuerzos e ilusiones no fueron suficientes para evitar el descenso a Segunda. El Betis, el Osasuna y el Valladolid también merecen ahora, y lo necesitan, un homenaje.
Un homenaje por ser tres clubes históricos, que atraviesan un amargo momento. Porque en todos ellos ha habido y hay profesionales impecables que cada día han dado lo mejor de sí mismos, y especialmente por los muchos miles de aficionados, que se han visto decepcionados.
La deportividad exige que los que sí han conseguido el dificilísimo éxito de la permanencia tiendan una mano de apoyo y de ‘hasta muy pronto’ al Real Betis Balompié, antaño Campeón de Liga (1935) y de Copa (1977 y 2005); al Club Atlético Osasuna, que en diciembre de 2006 fue nombrado mejor equipo del mundo por la IFFHS, gracias a cuatro victorias consecutivas en la Liga y un triunfo en la Copa de la UEFA; y al Real Valladolid Club de Fútbol, que ganó la Copa de la Liga en 1984 y ha estado cuarenta y tres temporadas en la máxima categoría.
Que regresen cuanto antes a Primera.
Emilia León, Santander.
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