A casi nadie le cabía duda de que el Real Madrid iba a proclamarse campeón del Mundial de Clubes, y es que San Lorenzo nunca estuvo al nivel necesario para poder como mínimo competir con el equipo blanco.
Bastaron dos goles de Ramos y Bale para sentenciar el partido que pudo acabar en goleada. Los argentinos no pudieron hacer nada contra el equipo blanco que está en un gran estado de forma.
Los blancos se proclamaron campeones del mundo de clubes por cuarta vez después de los triunfos conseguidos en 1960, 1998 y 2002. Además lograron su cuarto título de 2014, año en el que ya habían ganado la Champions League, la Copa del Rey y la Supercopa de Europa, casi nada.
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