La que parecía que iba a ser una jornada más en un Mundial cualquiera, se convirtió en ruidosa e histórica debido al descalabro que sufrió la Selección española frente a Holanda.
Hay poca justificación a la paupérrima actuación del combinado español. Fue una derrota merecida, sin paliativos, producto en gran parte del cansancio físico acumulado en las piernas y en el estado anímico de los futbolistas españoles.
Creo que no merece la pena analizar aspectos que sucedieron en el transcurso del encuentro, ya que tengo la esperanza de que lo ocurrido fue decepción de un día y seguro que esta derrota caerá en saco roto, porque España superará la fase de grupos sin mayores problemas. Aun así, hay que ser consciente de que nada es eterno, y lo más probable es que no se puedan repetir los resultados satisfactorios que vienen realizando desde 2008.
En el primer partido que se disputó en la jornada de ayer, México no sólo consiguió hacerse con los tres puntos, sino que las sensaciones que dejaron en el campo fueron muy positivas y llenaron de ilusión y esperanza todos los hogares mexicanos, con un equipo humilde y trabajador, que a nadie se lo pondrá fácil y que venderá muy cara su salida de este Mundial; si bien las sensaciones fueron buenas, Camerún tampoco puso el listón muy alto, y habrá que esperar para comprobar realmente el nivel que puede llegar a ofrecer la selección mexicana.
Y por último se disputó el partido entre los dos rivales que debe superar España si quiere acceder a los octavos de final, encuentro que se llevó Chile sin problemas, a pesar de pasar algún pequeño apuro a lo largo de los noventa minutos.
Para España no será nada fácil doblegar a una Selección como la chilena, muy seria, ordenada y con bastante talento en sus filas. Solo tuvo problemas en el juego aéreo, el único recurso que pudieron aprovechar los chicos de Australia, muy inferiores en todo momento, pero con una gran motivación.
Jose Rodríguez
FÚTBOLSELECCIÓN no publica comentarios ofensivos ni de mal gusto.