Ayer se dio al fin el pistoletazo de salida a una nueva edición de la Copa del Mundo de Fútbol, que viene cargada de ilusiones y mucha emoción.
Hacía tiempo que no se inauguraba un Mundial con un partido con tanto atractivo como el que vivimos entre Brasil y Croacia, aunque se vio menos espectáculo futbolístico del que cabría esperar.
El fútbol es tan injusto como la vida, pues el triunfo no estuvo del lado de los valientes. Ante el asombro de todos, el seleccionador croata salió al campo con una alineación atrevida y desenfadada, y con un trabajo y un rigor táctico encomiables.
No era nada fácil tutear a una Selección brasileña que, además de contar con una plantilla descomunal, tenía a su favor el aliento de una hinchada que vive el fútbol como una religión. Y así actuaron los croatas durante todo el partido: serios y queriéndose llevar los tres puntos en todo momento. A pesar de tener tres centrocampistas creativos, otorgaron la posesión de la pelota a Brasil, lo que generó incertidumbre en los chicos de Escolari.
El planteamiento de Croacia parecía acertado; de hecho consiguieron adelantarse en el marcador. Pero un maravilloso Luiz Gustavo, un brillante Óscar, un oportunista Neymar y un sutil empujoncito oficial dieron la vuelta a un marcador que acabó castigando con demasiada dureza a un equipo que puso las cartas al descubierto en una clara declaración de intenciones.
Lo más destacable de Brasil fue el brillo y el trabajo en la fase de creación de Óscar, mientras que en Croacia destacó un Luka Modric que se echó todo un país a la espalda y tuvo que multiplicarse en muchas ocasiones para realizar tareas que no le correspondían; sobre todo, en tareas defensivas y de recuperación de balón.
Supongo que ninguno de los dos equipos tendrá problemas para acabar la Fase de Grupos clasificados para octavos. Lo que es incuestionable es que si Brasil pretende ganar este Mundial debe pulir muchos detalles, como por ejemplo la autopista que tiene en la banda derecha con un Dani Alves fuera de forma. Por otra parte, entiendo que sería un error por parte de Felipao enfocar todo el entramado táctico y estratégico en torno a Neymar, puesto que resulta tan evidente que sería relativamente sencillo desactivar a una Selección que posee en sus filas un enorme talento, tanto en lo físico como en lo meramente futbolístico. Y por supuesto espero que en los sucesivos encuentros no cuente con el comodín del empujoncito oficial, puesto que si pretenden alzarse con la Copa del Mundo, disponen de recursos más que suficientes para lograrlo.
Jose Rordíguez
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