Annus horribilis para el Barça, que deja sobre todo una semana para el olvido eterno con tres derrotas que finiquitan prácticamente la temporada. Primero, la derrota ante el Atlético en el partido de vuelta de la Champions League, que dejaba eliminado al equipo de Martino de la máxima competición continental; no habían pasado ni tres días y el Barça caía derrotado en el campo del Granada, alejando sus opciones de ganar la Liga, y para concluir la peor semana de los últimos tiempos, el Real Madrid le ganaba merecidamente en la final de la Copa del Rey. Posiblemente ese partido marca el declive más absoluto de un equipo que se había acostumbrado a ganarlo todo y que ahora debe gestionar el siempre doloroso fracaso.
La falta de liderazgo del equipo, la edad ya considerable de algunos jugadores muy importantes y una negligente planificación deportiva han desencadenado este ocaso blaugrana.
Messi está out, Messi no está, Messi está deprimido, Messi no aparece. Por ahí comenzamos a entender el pobre juego del Barça, que ha dependido en tantas ocasiones de la genialidad del astro argentino. En Can Barça hablan de que la llegada de Neymar tampoco ha ayudado mucho, no por la capacidad y talento del brasileño, algo que está absolutamente contrastado, sino porque su incorporación a un precio alto y el descubrimiento de que gana más que la mayoría de los jugadores importantes que han marcado una época, ha desatado envidias y lucha de egos. Por no hablar de las presuntas ilegalidades en la formalización del contrato, que propiciaron la dimisión de Sandro Rosell.
Pero el fichaje de Neymar, que podría llegar a una cifra similar a lo que ha pagado el Madrid por Bale, ha traído otro gran problema: el dinero de los fichajes fue destinado al brasileño y se dejó de fichar en una posición tan importante como en la defensa, en donde el Barça lleva años con un gran déficit por las lesiones de Puyol.
Un mediocentro convertido a zaguero como Mascherano y un recién llegado al primer equipo como Marc Bartra han sido los dos centrales que han acabado jugando los partidos importantes, tras la lesión de Piqué.
Es difícil hacerlo peor, es complicado haber dilapidado una generación única, haber desperdiciado tener el mayor elenco de jugadores del mundo. Los últimos directivos han conseguido desactivar el equipo que lo ganó todo; el legado que dejó Guardiola queda lejos por un enorme cúmulo de errores y de gestión errática que ha propiciado que el Fútbol Club Barcelona naufrague.
© Antonio Muelas, 2014 { [email protected] }
FÚTBOLSELECCIÓN no publica comentarios ofensivos ni de mal gusto.