España ha dado y sigue dando grandísimos porteros. Desde los Iribar, Ramallets, Reina, Arconada, Carmelo, Urruti, Zubizarreta y un largo etcétera, hasta los actuales Valdés, Reina y por supuesto Iker Casillas. Sin embargo en la memoria colectiva un nombre legendario ha quedado para la historia, el de Ricardo Zamora.
Si Zamora hubiese nacido en tiempos actuales habría provocado ríos de tinta y en los periódicos y llenado telediarios, programas de radio y tertulias.
Imagina un jugador que debute en el Espanyol, fiche por el F.C. Barcelona, vuelva al Espanyol y finalmente fiche por el Real Madrid. El culebrón del fichaje del verano lo acapararía Ricardo Zamora todos los años.
Zamora ‘el divino’ nació en Barcelona en 1901. A los 15 años lo fichó el Real Club Deportivo Espanyol, donde jugó durante cuatro temporadas, al final de las cuales, tras una discusión con la juta directiva del club, se marchó al F.C. Barcelona. Defendió la portería blaugrana durante tres temporadas más, volviendo al Espanyol después de que en el Barcelona le negaran el aumento de sueldo que reclamaba. Ocho años permaneció con los ‘periquitos’, hasta que en 1930 fichó por el Real Madrid, que pagó por el traspaso nada más y nada menos que 100.000 pesetas, una verdadera fortuna en aquella época. Además Zamora cobró 50.000 pesetas y 3.000 al mes de sueldo. Tras la Guerra Civil, Zamora reapareció en la portería del Niza, donde terminó su carrera en 1938.
Defendió la portería de la Selección española durante diez años de manera ininterrumpida. Debutó con la Selección en los Juegos Olímpicos de 1920 ante Dinamarca, partido que ganó España por 1-0. Tras aquel partido se acuño la célebre frase “1-0 y Zamora de portero», para dar a entender que un partido ya está ganado con ese resultado teniendo ese portero. También destacó su participación en el Mundial de Italia en 1934, donde fue elegido el mejor portero del torneo.
También se hizo famoso por inventar una forma espectacular de despejar el balón, la zamorana, con el antebrazo.
Fue una figura mediática y polémica, con una personalidad arrolladora, pero sobre todo Ricardo Zamora fue el primer gran portero español, y una figura mundial cuya leyenda aún hoy se recuerda año tras año con la entrega del Trofeo Zamora al portero menos goleado de la Liga española.
Si todo ese lío de Espanyol, Barcelona, Madrid pasa hoy, cogen la historia esta los Manolos, tikitakas y similares y tenemos a Zamora hasta en la sopa….. Buena historia.