Fernando Torres en la final de la Eurocopa de Austria-Suiza de 2008 marcó el gol que lo cambió todo. El gol más importante para la Selección española en los últimos 44 años. Desde el de Marcelino en la Eurocopa de 1964, España no levantaba un trofeo. Aquel gol fue el que alejó los fantasmas que siempre acompañaban a la Selección, alejó el codazo de Tassoti, el fallo de Arkonada, el gol fantasma de Michel, los malos arbitrajes, la mala suerte, el “jugamos como nunca y perdimos como siempre”.
En aquella Eurocopa la Selección española había hecho un torneo excepcional. Además, la suerte, tantas veces esquiva, por fin le fue favorable en la tanda de penaltis de cuartos de final contra Italia. En la final contra Alemania la cosa empezó mal, con los germanos atacando con mucho peligro. Klose y Podolski pusieron en aprietos a Casillas, pero el acoso sólo duró 20 minutos. A partir de entonces, España se hizo con el balón y con los mandos del partido.
En el minuto 33 del encuentro, Fernando Torres estaba llamado a cambiar la historia; Xavi recibe en el centro del campo, pase en profundidad a Torres; en principio Lahm tiene la posición ganada, pero ‘El Niño’ lo pelea, se anticipa y aprovecha la confusión entre el defensa y el portero para levantar el balón y mandarlo al fondo de la portería.
Un día antes de la final Torres había declarado: “Daría cualquier cosa por marcar el gol de la final, un gol como el que marcó Marcelino”. Con el gol del de Fuenlabrada aquel 29 de junio de 2008 en el estadio Ernst Happel de Viena, se iniciaba una época gloriosa para la Selección española que dura hasta hoy y esperamos se mantenga en el Mundial de Brasil 2014.
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