El crack holandés no participó en el Mundial que se celebró en Argentina en 1978. Su decisión fue muy cuestionada y sufrió muchas presiones para que participara con su Selección.
A todos resultaba extraño que el mejor jugador de Holanda, el que había sido el alma mater de la Naranja Mecánica que asombró al mundo en el Mundial de Alemania de 1974, no acudiera a la cita mundialista sólo cuatro años después sin lesión de por medio. Además, Holanda, con Cruyff en el equipo, había conseguido un meritorio tercer puesto en la Eurocopa de 1976.
En Holanda fue un auténtico cataclismo, incluso miles de holandeses llegaron a recoger firmas para que el flaco jugase el Mundial.
Sin embargo, a poco que se conozca el fuerte carácter de Cruyff, estaba claro que no le importaban las presiones, vinieran de donde vinieran; su decisión estaba tomada.
Rumores y teorías
A partir de ese momento, y como ocurre con las buenas historias, todo tipo de rumores y teorías surgieron para explicar la no presencia del genial futbolista holandés en el Mundial.
Se dijo que Cruyff era contrario a la dictadura que en aquel momento sufría Argentina, y que en protesta no acudía al Mundial. Otros menos románticos aludieron a razones pecuniarias para explicar la decisión de Cruyff; según ellos, el holandés se negaba a llevar la camiseta oficial de la Selección holandesa porque era de Adidas, y él tenía un contrato exclusivo con Puma.
Cruyff no dio explicación alguna, por lo que este tipo de teorías se fueron sucediendo a lo largo del tiempo y se mantuvieron vigentes durante treinta años.
Fue en una entrevista concedida a la cadena Catalunya Ràdio donde Cruyff explicó el porqué de su decisión de no participar en el Mundial de Argentina 78.
Un robo
En aquella época los Cruyff sufrieron un robo violento en su casa de Barcelona. Así que más preocupado por la seguridad de su familia que por el fútbol, Johan decidió que su lugar estaba junto a su familia. “Mis niños iban con la policía al colegio, y en mi casa también tuve vigilancia durante unos cuantos meses. Y llega un momento que dices basta. Hay momentos en que hay otros valores en la vida”.
Esta poderosa razón, unida a que ya en aquella época Cruyff estaba pensando en abandonar la práctica activa del fútbol, fue la causa de que uno de los mejores jugadores de la historia no participara en el Mundial de Argentina de 1978.
“También era el momento en el que quería despedirme del fútbol, tenía la mentalidad de dejarlo, y no podía jugar sabiendo esto. Creo que para jugar un Mundial hay que estar al doscientos por ciento, así que no tenía sentido”.
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