El 24 de mayo el fútbol tendrá un gran protagonismo ibérico: la final de la Champions se juega en Lisboa y enfrenta a dos equipos de la capital de España, el Real Madrid y el Atlético de Madrid, los dos mejores equipos de la competición continental, los que mejor han jugado, los que han demostrado estar más conjuntados, tener las ideas más claras y los que han protagonizado los partidos más épicos, como los encuentros de vuelta de las semifinales. Habría que enmarcar ambos partidos, el recital que dio en el primer tiempo el Real Madrid al Bayern de Munich fue antólogico, pero no estuvo muy lejos la lección de fútbol absoluto que dio el Atlético en Stamford Bridge ante el ‘fútbol miseria’ del Chelsea de Jose Mourinho.
Real y Atlético han basado su éxito en conceptos similares: Carlo Ancelotti ha insistido como si fuera un mantra en la concepción de equilibrio. Posiblemente sea el entrenador más ‘zen’ de la historia del fútbol; allí donde hay un incendio aparece el italiano para sofocarlo, allí donde hay euforia llega Carlo para poner orden en su equilibrio emocional.
el Real Madrid y el Atlético de Madrid, los dos mejores equipos de la competición continental
Algo similar pasa con Diego Pablo Simeone; el argentino es un tipo con carácter, un técnico canchero, pero el éxito del Cholo ha llegado por equilibrar egos, por igualar perfiles, por dotar al equipo de una inmensa solidaridad; si falla alguien han fallado los once, si acierta alguien ha acertado el bloque.
¡Cómo se parecen Carlo y Diego! Sí, sé que, en apariencia, no. Es verdad que uno es un veterano de guerra y el otro es un joven con ganas de comerse el mundo, pero en esencia son dos gotas de agua. El triunfo del Real Madrid y del Atlético se ha basado en la sabiduría de sus dos entrenadores en una Champions en donde han quedado penalizados otros entrenadores. Es el caso de Pep Guardiola, cuya obsesión por el fútbol de toque ha propiciado que el Bayern se haya olvidado de otros conceptos tan importantes en el tradicional juego del equipo de Baviera. Qué decir de Jose Mourinho, cuyo fútbol representa la antimateria, lo más obsoleto del planeta futbolístico, una forma de aburrir y una máquina de destrucción abocada al fracaso.
Por todo ello el 24 de mayo, en Lisboa, cuando salten al terreno de juego los jugadores del Atlético y del Real, los focos de atención deberán ir al banquillo, en donde se sientan dos sabios del fútbol: Simeone y Ancelotti.
© Antonio Muelas, 2014 { [email protected] }
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