Cuando un jugador de fútbol consigue que el esférico atraviese completamente la línea de meta de una portería, acaba de lograr el ansiado gol. En ese momento se desata una alegría sin igual entre los aficionados del equipo que ha anotado (lógico… a los del otro equipo no les hace ni pizca de gracia), pero sin embargo no todos los aficionados del mundo gritan lo mismo.
En los países latinos, cuando esto ocurre, la exclamación que el público lanza es ¡Goool!, entre abrazos, alegría, saltos, etc. pero, por ejemplo, los ingleses, al contrario de lo que pudiera pensarse, no gritan “Goal!”. En los extraordinarios estadios ingleses, con su ambiente tan característico, entre cánticos, bufandas, etc., cuando se produce el prodigio de la consecución de un gol, el público exclama al unísono “Yeees!” o “Yeeeah!”. La razón: pues que son ingleses y lo hacen casi todo diferente: conducen por la izquierda, pesan en libras y miden en pulgadas…. No iban a decir “Goal”; sería demasiado fácil…
Si buscamos una traducción de ‘Goal’ al castellano, esta es objetivo o meta, por tanto parece lógico que los ingleses griten ¡Sííí!, dando a entender que se ha conseguido el objetivo, más que ¡Objetivooo!
Lo que sí que es universal es el sentimiento de alegría, la catarsis que se produce entre los aficionados cuando un jugador consigue un tanto, ya griten gol, yes, but, o lo que sea.
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