El fútbol es un deporte que posee intrínseca una belleza especial. Jugadas, regates o goles conseguidos por grandes estrellas son fotografiados o grabados y repetidos hasta la saciedad en medios de comunicación. Sin embargo, la belleza del fútbol trasciende a las estrellas; cualquier situación, cualquier partido puede deparar ese tipo de jugadas realizadas por cualquier jugador anónimo.

En ocasiones grandes artistas han conseguido plasmar esa belleza en instantáneas como la famosa fotografía de Ramón Masats titulada ‘Seminaristas jugando al fútbol’.

La instantánea fue tomada por Masats en 1959 en el Seminario Conciliar de Madrid, y en ella aparecen unos novicios jugando al fútbol. El momento congelado es una espectacular estirada de Lino Hernando, que en aquel momento tenía 21 años, en busca de un balón que por desgracia para él y a juzgar por la sombra fue gol.

La fotografía ha trascendido a sus protagonistas y a su autor, y se ha convertido en una de las más reconocidas de un autor español. Figura en el fondo fotográfico del MoMa de Nueva York y regresó a la actualidad en 2004 cuando Pedro Almodóvar revivió esa imagen en su película ‘La mala educación’.

Masats se ha lamentado en ocasiones de que el éxito conseguido por esa fotografía ha oscurecido a los ojos del público el resto de su obra, pero eso es lo que tiene el arte, que se eleva por encima del artista, de los protagonistas e incluso del fútbol.