Quienes viajen a Brasil con motivo de la celebración de la Copa del Mundo de Fútbol se van a ver inundados con todo tipo de recuerdos relacionados con la misma, pero Brasil es un país con una importantísima cultura propia, que seguramente casi nadie tendrá tiempo de conocer entre el ajetreo futbolístico.
Si quieres comprar algún recuerdo típico de un país que en sí mismo es casi un continente, tienes mucho donde elegir: la cachaça, aguardiente de caña con la que se elabora la célebre caipirinha, es tal vez lo más típico de Belo Horizonte. Si no te va el alcohol, atento a los dulces y a los quesos.
Brasilia es la ciudad del arquitecto Oscar Niemeyer. Pósters o miniaturas de sus obras son lo más característico.
En Cuiabá encontramos interesantes artesanías, herencia de su rica historia. En la moderna Curitiba verás infinidad de modelos de sandalias. El recuerdo más típico de Manaos puede ser cualquier objeto relacionado con su famoso Teatro Amazonas, o alguna exótica artesanía local.
De Natal son recomendables las artesanías realizadas en materias tan variadas como el mimbre, el coco o el cuero. De Fortaleza son característicos los ‘cordeles’, un tipo muy especial de libros.
De Porto Alegre puedes llevarte los recipientes donde se toma el mate. De Recife, un disco de ‘forró’, la danza típica. De Río de Janeiro, cualquier disco de cualquiera de sus geniales músicos: Moraes, Powell, Gilberto, etc. o el famoso pareo (‘canga’).
De Salvador de Bahía, una cinta del ‘Senhor do Bom Fim’, y para finalizar el recorrido por las doce sedes, de Sao Paulo te recomendamos aproximarte al arte urbano, del cual la ciudad es una de las principales capitales mundiales.
Con la crisis económica que tenemos la mayoría, el único recuerdo de Brasil que podemos quedarnos es alguna foto que nos bajemos de Internet antes de que nos lo corten.
De todas formas, gracias por el artículo: me bajaré una foto de un recuerdo de cada sede, y las tuitearé a los amigos. Voy a presumir que no veas… 😉