El pasado sábado 10 de Marzo ocurrió en la ciudad alemana de Nüremberg un hecho que desgraciadamente ha pasado desapercibido por una gran mayoría dentro del mundo del fútbol, y sobre todo en nuestro país.
Aaron Hunt tiene 27 años. Es un centrocampista zurdo, de vocación ofensiva, y además es el capitán de un histórico del fútbol alemán como el Werder Bremen.
Durante la disputa del partido de la vigesimocuarta jornada de la Bundesliga entre el Nüremberg y el Werder Bremen, que acabó con el resultado de 0-2 favorable para los de la cuenca del Ruhr, aconteció una escena que no dejó indiferente a nadie.
Corría el minuto 75, cuando llegaba desde la parte izquierda del ataque del Bremen un balón al área, donde Hunt se disponía a rematar. Al mismo tiempo iba a la disputa el jugador rival Pínola, y Hunt se dejó caer en el área después de no llegar a tiempo al balón, sin que Pinola le rozase siquiera. Tras esto el árbitro no duda en señalar penalti a favor de los del norte de Alemania. Acto seguido, el capitán del Bremen se levanta y se dirige al colegiado para decirle que se había dejado caer y que para nada era penalti. Ante la mirada atónita de todo un estadio, el árbitro decide dar saque de puerta para el Nüremberg.
Muchas veces se llenan páginas, se grita desde micrófonos, se escruta con cámaras y demás medios para pedir limpieza –fair play– en el fútbol, pero quizá a veces se hace con la boca pequeña.
El comentario generalizado de la semana en torno a este tema es que Hunt ha sido un oportunista, porque su equipo iba ganando 0-2. Como si no pudiera haber ningún futbolista capaz de tener un acto noble y honesto en un terreno de juego. Parecería que nos gustase vivir en una polémica mantenida en el tiempo. Pero tal vez algunos de esos comentarios escondan envidias, porque seguramente ellos no serían capaces de comportarse como hizo Hunt.
Cualquiera que conozca un poco la Bundesliga sabe que el Bremen no está precisamente para regalar nada; ni siquiera llevando dos goles de ventaja, y más si cabe conociendo la historia reciente del Werder, donde existe una máxima: con el Bremen en el campo, cualquier cosa puede suceder.
Sería maravilloso que esas imágenes corrieran como la pólvora en los vestuarios del fútbol de formación de todo el mundo, con el posterior comentario del educador-entrenador: “Este es un futbolista que representa los auténticos valores de un capitán de un equipo de fútbol en particular, y personifica la esencia del verdadero deporte”.
Quien quiera seguir pensando que Aaron Hunt fue un oportunista, allá con su conciencia; sus hechos demuestran ser propios más bien de un deportista como pocos, casi un héroe en nuestros tiempos, sin duda un ejemplo.
© Jose Rodríguez, 2014.
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