Tan irremediable como la muerte de las personas es la permanencia de las leyendas. Y cuanto más grande es una leyenda viviente más sorprende que la persona fallezca.
Para millones de aficionados al fútbol, el recuerdo más importante del actual Mundial será para siempre que durante el mismo se marchó uno de esos poquísimos futbolistas sin cuya existencia no se entiende la historia de este deporte.
Alfredo Stéfano Di Stéfano Laulhé nació en Barracas, Buenos Aires, el 4 de julio de 1926. Futbolista y entrenador, nacionalizado español. Jugador histórico de los clubes River Plate, Millonarios y Real Madrid. Presidente de honor de este último desde el año 2000.
Como jugador disputó seis encuentros con la Selección argentina y treinta y uno con la Selección española. Es considerado por la FIFA como uno de los cinco mejores jugadores de fútbol del siglo XX, junto con Pelé, Beckenbauer, Maradona y Cruyff. En 2004 fue elegido el cuarto mejor jugador del siglo XX por la IFFHS, y el mejor por todos los ganadores del Balón de Oro hasta 1999.
Durante años fue el máximo goleador de la historia del Real Madrid, donde militó once temporadas, anotando 307 goles en 403 partidos oficiales, y en el que obtuvo sus mayores éxitos y reconocimientos, siendo el jugador argentino con más títulos en la historia hasta el año 2010.
Di Stéfano es considerado por muchos el mejor jugador de todos los tiempos y su nombre está directamente ligado al club madrileño, ya que su fichaje cambió el curso de la historia de este club, hasta ser proclamado como el mejor del siglo XX, merced sobre todo a las Copas de Europa que consiguió desde que el jugador llegase en Madrid.
De Di Stéfano cabe destacar su exquisita calidad técnica y su polivalencia en el campo, siendo por ello calificado como el jugador más completo que ha dado el fútbol mundial.
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