En la segunda década del siglo XX el Barça consiguió sus primeros éxitos tanto en lo deportivo como en lo social. En lo deportivo, ganó dos Copas de España y tres Copas de los Pirineos (aún no existía la Liga, que empezó en 1929), y en lo social llegó a alcanzar los 3.000 asociados, una cifra muy considerable para la época.
Entre los años 1909 y 1922, el Barcelona jugaba sus partidos en el estadio de la Calle Industria, que disponía de una tribuna de dos pisos y algunos bancos. En ocasiones, cuando los espectadores eran demasiados y no cabían en esos lugares, se sentaban sobre el muro que rodeaba el campo, de forma que desde la calle quienes paseaban por los alrededores veían los traseros de los seguidores asomando por el muro.
Como en catalán, trasero, culo, se dice ‘cul’, a los barcelonistas empezó a llamárseles «culers», que se pronuncia ‘culés’ en el catalán de Barcelona, y así es como se ha transcrito al español tal apelativo.
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